lunes, 20 de febrero de 2012

Casualidad

Historias de Candela


Candela esperaba en el estacionamiento cuando de repente se volteo y lo vio allí esperando en la fila para pagar su ticket.

Ella se le acerco y le dijo
¡Hola extraño!

¿Otra vez tú? ¡Que casualidad!  - Respondió él sonriendo

Voy a pensar que me persigues – agrego
Hahaha  dijo  Candela fingiendo una risa

Déjame decirte que llevo más rato en esta cola para pagar que tú y no pensé encontrarme nuevamente contigo aquí. - Dijo Candela con tono molesto.

Fue sólo un chiste, no te enojes conmigo. – Le aseguro él

Para reivindicarme, déjame que te invite a tomar algo, ¿a donde te gustaría ir?, ¿que te gustaría hacer? ¡Esto es mucha casualidad encontrarte acá!

Que te parece si mejor nos dejamos de formalidades y nos vamos directo a tu departamento para no perder más tiempo, no tengo toda la noche, sabes, y yo no creo en casualidades, – respondió Candela

a menos que me digas que lo nuestro no es físico y que hay una X esperando en tu cama. - Agrego

El no dijo nada, la tomo de la mano, la llevo hasta su auto, la beso es los labios, abrió la puerta de su coche y ella entro, pensando en que momento se había vuelto tan atrevida.
En el auto mientras conducía, no hablaron, él puso la radio y ambos cantaron al ritmo de a música.

Afuera estaba oscuro se veía la luna y las estrellas en el cielo.
Que luna y que estrellas tan hermosas ¿las ves por tu ventana? - Le pregunto Candela

Si, las veo, pero prefiero verte a ti que estas más cerca y eres más bella que la luna y estrellas juntas.
¿Un romántico?, ¿será la luna? – Pregunto Candela entre risas

¿Yo? ¡Por supuesto! Soy muy romántico, apenas te vi el la cola para pagar el estacionamiento pensé en  invitarte un trago, preguntarte ¿si ya habías cenado? Si no podías esta noche, pensé en pasar mañana temprano por ti para llevarte a desayunar en la playa, unas empanadas, almorzar un pescadito fresco a la orilla del mar y si corría con suerte robarte un beso al atardecer.
¡No digas más, no lo arruines! - Reía Candela levantando su mano en señal de alto.

Y llegaste tú y cambiaste todos mis planes en un segundo, pero ya dijiste que no crees en la casualidades  y quien soy yo para cambiar tus mapas mentales. Sólo un idiota dejaría pasar la oportunidad de besar tu boca.  -  interrumpió él
¡Un romántico entonces! Sonreía Candela de nuevo.
Ambos reían como cómplices que guardan un secreto.

Llegaron al departamento y el introdujo la llave en la puerta mientras la sujetaba fuerte contra la puerta besándola, él no quería soltarla, no quería despertar del sueño en el que se encontraba.
¿Quieres tomar algo? ¿Que te puede ofrecer? - Pregunto él
Un vaso de agua esta bien, gracias, soy fácil de complacer. - Respondió Candela

Tienes la cara más bella que he visto, ¿te lo han dicho alguna vez? - Pregunto él mientras le entregaba el vaso en las manos rozándola despacio.
Y tú sonrisa me derrite, tus ojos iluminan esta habitación y enciende una chispa en mi corazón.
Me pones nervioso, me tienes hechizado, me enamoro de sólo verte.
¡Candela dime algo! ¿Creo que estoy soñando? - Le suplicaba él

Candela sólo sonreía mientras se quitaba la blusa que llevaba puesta y que le estorbaba.

Hablas demasiado ¿te lo han dicho antes? y yo acá deseando tus besos y tu calor.
¿Puedes poner música? Si tienes algo de Alejandro Sanz sería perfecto.

Tus deseos son órdenes y yo vivo para complacerte. Sonreía él mientras no le quitaba la vista de encima
“Te lo agradezco pero no” Alejandro y Shakira sonaba en los parlantes de la radio, mientras él se quitaba la camisa.
El recorría su cuerpo desnudo con sus manos mientras besaba su cuello.

Ella se estremecía por dentro, sentía cosquillas, las mariposas revoleteando por todo su cuerpo, ella ardía de deseo. Después de esto no hay vuelta atrás, pensaba Candela.
Viviendo el momento, deteniendo el tiempo, la felicidad no es sólo para unos cuantos y yo lo merezco. Merezco ser feliz. -  Se decía Candela para si misma.
Disculpa que te detenga pero, tengo que preguntar ¿tienes protección? - Preguntó Candela

La verdad no esperaba que algo así sucediera y me temo que no. Si esperas voy rápido y busco, ya regreso, no te vayas, no te muevas de aquí, que ya vuelvo. Hablaba él con mucha rapidez y sin detenerse.
Candela estaba un poco nerviosa, la situación parecía tan irreal, de película, demasiado comedia, para matarse de la risa. Espera, no te vayas, que risa contigo, cálmate un segundo. Respira. – Le decía ella

No quiero que pienses que soy una chica fácil, pero no me gusta dejar mi seguridad en manos de otro, así que en mi bolso hay preservativos, no me lo tomes a mal pero me gusta estar preparada para los imprevistos. - Se disculpaba Candela
No digas más, desde que te vi la primera vez supe que no eras una chica fácil, tu puedes ser muchas cosas, pero nunca fácil, y yo no te juzgo por ser precavida y por ir un paso delante de la situación y amarte lo suficiente para cuidar de ti misma.

Eres admirable, tan inteligente, eres tremenda mujer y yo el afortunado que se saco la lotería esta noche. Esto a mí no me sucede, debe ser algo de una vez cada mil años. Un eclipse de luna, una estrella fugaz.
Candela lo miraba mientras buscaba en su bolso y le entregaba un paquetico brillante. El la deseaba tanto como ella a él, lo podía ver en sus ojos.

¿Si puedes? O ¿te ayudo? - Preguntó Candela
El la tomo en sus brazos y la llevo a la cama, sonriendo feliz.

20 minutos más tarde el la abrazaba contra su pecho, ella escuchaba los latidos de su corazón y se sentía inmensamente feliz.

Me encanta tu disco –le dijo ella son todos los éxitos de Alejandro Sanz, es hermoso.
Te lo regalo, es tuyo – le dijo él, ¿que más puedo darte? ¿Quieres tomar algo?, ¿que te cocine?, ¿pido una pizza?, ¿un café?, ¿quieres la llave de mi departamento tal vez?

¿Que dices?, ¿te volviste loco?, ¿de que hablas? Le preguntaba Candela con una enorme sonrisa en el rostro. ¿Que pasa por tu cabeza? ¡Respira y tómatelo con calma! Continuaba riendo.

No recuerdo la última vez que fui tan feliz con alguien, ¡quiero dártelo todo! Creo que soy el hombre más feliz del planeta.
Ya es tarde, tengo que irme. - Dijo Candela, de repente muy seria.

Espera, todavía no te vayas, no quise asustarte, lo siento. Sólo quise ser sincero. La calmaba él diciendo.
Candela lo beso en la frente y le dijo mientras se vestía, no olvides vivir el presente.
No vaya a ser que luego te arrepientas de tú pasado y vivas soñando con un futuro incierto.
No quiero enamorarte, no busco confundirte o enredarte, sólo quiero ser feliz sin hacer planes.

Candela te prometo…. - Comenzó a decir él.
No prometas nada - lo interrumpió ella.

Es hora de irnos, ya es tarde, no lo arruines prometiendo imposibles, sólo recuerda vivir el momento y no dejar pasar oportunidades para ser feliz, que mañana yo no estaré aquí, pero tendremos la música y la luna. Me recordaras cuando escuches una canción romántica en la radio. Y yo cuando vea la luna y las estrellas, recordare esta noche y al romántico que quiso darme todo cuanto tenía.

Alejandro Sanz sonaba en la radio.


Corazon Partío
Looking for Paradise Feat. Alicia Keys
A la primera persona
Te lo agradezco pero no Feat. Shakira
(Del disco colección Definitiva de Alejandro Sanz)


Este cuento esta dedicado a todos los románticos como yo, que encuentran en la música, la luna y las estrellas la inspiración para amar de nuevo y no temen expresar sus sentimientos. Para los que no dejan en manos de otros su felicidad y buscan siempre hacer sus sueños realidad.
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia o casualidad.  
JP

Historias de Candela
Lecherías, 19 de Febrero 2012

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