Mi hijo de cinco años se despierta muy temprano,
él al igual que su madre, duerme poco.
El niño se despierta y me da un beso,
a veces dos cuando tengo suerte.
Hace unos días me dio tres y
yo estaba caminando en una nube.
Hoy me pregunto recién despertado,
¿Mami tú me quieres?
¡Mucho hijo! Le aseguro.
Nadie en el mundo te quiere más que yo, agrego.
¿Sabes quien mas te quiere? Le pregunto
¡Mi papá! Contesta
¡Si hijo! respondo
¿Y sabes quien más te quiere mucho, mucho?
Se queda callado y pone cara de tímido
¡Tu hermano!, le digo
Y luego los abuelos y las abuelas, también te quieren,
pues, eres un niño muy querido, continuo.
¿Y quien más te quiere?, le pregunto mientras
lo ayudo a vestirse para ir al kínder.
¡Ana Julia! Contesta con cara de pícaro y de felicidad
Yo me quedo callada del asombro y pienso
¡Tengo un hijo muy enamorado!, se parece a mí
y que memoria tiene.
Que bueno que él al igual que yo cicatriza bien.
Ya lo he visto caerse un par de veces,
le cuesta levantarse, es muy sensible y llora con facilidad,
como su madre, pero cuando se ha lastimado o
se ha cortado la piel con algo, puedo ver que él al
igual que yo cicatriza bien.
¡Si, Ana Julia también te quiere mucho!, finalmente le digo
Ana julia, es una amiguita de mi hijo que hace mucho tiempo
él no ve, pues ella y sus padres se fueron a vivir a Chile.
Mi niño todavía le recuerda con mucho cariño y
pregunta siempre por ella, a pesar de que yo no le muestro fotos
para que él no empiece con sus preguntas, de
¿por qué se fueron a Chile?, y ¿cuando vamos a Chile?
en eso se nos puede ir fácil un rato largo.
Ya yo le dije que tiene mi permiso de viajar a
Chile cuando tenga 18 años, que yo con gusto
le compro el pasaje para que visite a Ana Julia.
Un rato más tarde siento a los chicos en el auto
y al abrir la puerta con fuerza me doy
yo misma durísimo en la cabeza.
quede viendo estrellitas con el rostro pegado
en la ventana de mi hijo, el dolor en mi rostro debió ser bien
grande, pues él de verme, comenzó a llorar y a lamentarse.
Yo todavía aguantando el dolor le pregunto ¿qué por qué llora?
Te golpeaste duro mami y me asuste, me responde mi niño.
¡No llores hijo! , ¡Mamá esta bien!, ¡ya paso, todo pasa!
¡No hay más dolor!
Mentira, pensé, tocándome la frente y sintiendo el chichón
creciendo con rapidez.
Mi niño deja de llorar, menos mal, es muy sensible mi muchacho,
me gustaría que fuera un poco más fuerte,
pero eso no lo decido yo.
Me golpeé por andar descuidada caminando con los ojos cerrados
y la vista en otra parte, como cuando nos enamoramos
y dejamos de ver lo obvio, lo que esta en frente de nosotros
y entregamos el corazón.
Con semejante golpe, olvide que me dolía el corazón
y ahora sólo me duele, el chichón de la cabeza.
Me miro la frente en el espejo retrovisor y veo que esta un poco roja,
duele. Por hoy me mantendré alejada de los cuchillos, ando muy torpe.
No veo por donde camino, ¡ni a quien le entrego mi corazón!
¿Tú me quieres? Me pregunta mi hijo nuevamente
Mucho, te quiero mucho, le aseguro.
¿Por qué? Pregunta mi hijo.
¡Porque eres un niño muy querido! Le respondo.
Enciendo el auto, pongo música alegre y vamos todos cantando.
Nada como la música para aliviar el dolor.
El de mí frente y el de mí corazón.
Puerto La Cruz, Febrero 2012