Hoy amanecí, triste,
porque después de mañana mi mami
ya no estará aquí conmigo en mi casa.
Mañana muy temprano toma un avión
muy lejos y se marcha,
se ira devuelta a su casa.
Se acaba el tiempo que juntas compartimos,
muchas risas, abrazos y cariños.
Mi mejor amiga ya se va,
y yo la voy a extrañar.
No quiero ni pensar que a mi lado
no va a estar.
Sé que no debo estar triste,
sino más bien alegre
de que vino y se quedo tanto tiempo
conmigo y con los niños.
Estoy luchando con la tristeza
para que ella no se de cuenta.
No soy buena con las despedidas
y tengo tanta experiencia en ese tema.
¡No a las despedidas ese es mi lema!
Fue mi mami quien me enseño a ser tan fuerte
y me dio alas para volar.
Me dijo que no existen límites
para lo que puedo lograr.
Nadie me conoce tan bien como mamá,
nadie me quiere y me consiente tanto como ella.
No se ha ido y ya la extraño.
Quisiera tenerte siempre cerca
para verte cuando quiera.
Gracias mami por hacer tantos sueños realidad,
por permitirme viajar.
Gracias por estar ahí cuando a tu lado quiero estar,
y por la seguridad que me das.
Gracias por escuchar y aceptar sin preguntar.
Y no sigo más porque vamos a llorar
y somos mujeres fuertes de verdad.
Que bueno que tenemos el teléfono para hablar,
te quiero mucho mami y te voy a extrañar.
¡Gracias por todo el amor incondicional!
Gracias por enseñarme del poder de la mente
y que todo lo que queremos lo podemos lograr.
¡Vaya pensamiento tenaz!
Tus palabras y consejos se quedan conmigo acá,
tus cuentos y historias también.
Gracias por la visita, estuvo genial.
Te amo mucho mami y te voy a extrañar.
Tú hija, tú amiga,
Johanna Rosaly
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