Mi marido el Alemán

Una tarde almorzando con una amiga que conozco desde hace mucho tiempo, ella me pregunta:

– ¿Y Como esta tú esposo?… “El Alemán”

– ¿El alemán, es un chiste? ¡Tú bien sabes que mi marido no es alemán, es latino! – le contesto

 –Tu esposo no es latino o por lo menos no es el típico latino que conocemos bien y que tiene mala fama en muchos países – me contradice

 – ¿Dime tu esposo te ayuda en casa, cocina, lava los platos? ¿Plancha sus camisas, prepara el desayuno por las mañanas? ¿Te ayuda con los chicos? ¿Es puntual o te deja esperando? ¿Te llama cuando dice que te va a llamar? ¿Alguna vez te ha embarcado? ¿Cancela las citas que hace contigo? ¿Es seguro de si mismo o es celoso? ¿Te deja salir con tus amigas y tener amigos? ¿Te da espacio para que hagas tus cosas? ¿Te escribe poemas, te baja el sol, la luna y las estrellas con sus palabras románticas, a ti y a otras mujeres?, ¿Es un sinvergüenza machista, que se queda viendo a las mujeres al pasar y dice que todas las mujeres son iguales…? – La lista continua, pero ya todos tienen una idea

–Ya entendí, me case con un alemán: un hombre seguro de si mismo, muy puntual, fiel, poco romántico, que ayuda en la casa y atiende a sus hijos. Extremadamente permisivo, liberal, muy correcto, no fuma no baila “pegao”. No sabe quien es Don Omar, Chino y Nacho o Wisin y Yandel y no baila Reggaetón, pero si sabe lo que es un “Oktoberfest” y donde venden la cerveza. Le compra Bretzels a sus hijos para el desayuno y nunca se queja de que su esposa se vaya de rumba con las amigas. En otras palabras luego de muchos  años de matrimonio, me entero por ti (querida amiga) que estoy casada con un Alemán.

–¡Prost und Wilkommen in Deutschland! – me dice mi amiga muerta de la risa chocando mi vaso de Apfelschorle (jugo de manzana y agua con gas, bebida típica alemana) con el suyo.

¡Bien bueno pues, eso explica muchas cosas que antes no entendía y ahora que lo pienso mejor, menos mal que no me pregunto:

¿Y como esta tú amante?