lunes, 16 de abril de 2012

Candela y el hombre

Candela bajaba las escaleras hecha una furia, el hombre la veía desde la ventana como caminaba hacia él. Ella vestía una minifalda azul de cuero y una blusa ajustada negra. Él no le quitaba la vista de encima y sonreía mientras la veía acercarse. Ella abrió la puerta de la camioneta blanca y se sentó junto a él tirando la puerta de un golpe.
– ¡Hola mi vida! – la saludo el hombre dándole un beso en la mejilla y acercándose a ella para abrazarla.

– ¿A que has venido?, ¡Creí que había quedado claro que no quería verte o volver a saber de ti jamás! – le respondió Candela, ignorando su abrazo.
–No seas así amor, olvídalo ya, no hablemos más de eso, yo ya no estoy enojado contigo, lo estuve y mucho pero ya se me paso. – le explico el hombre

– ¡Tú enojado conmigo, que ganas tienes! Si fuiste tú quien…. – comenzó diciendo pero él la tomo por los hombros y la llevo hacia su cuerpo con fuerza robándole un beso, que se sintió largo eterno, fue un beso apasionado, de esos que te roban el aliento, el alma y te hacen olvidar todo, hasta el mundo entero.

Candela se sintió flotar por el espacio, como un astronauta dentro de una capsula sin gravedad pero sin el traje y el casco. Se olvido de todo, hasta de donde estaba mientras él la besaba, su mente estaba en blanco y sólo sentía como su cuerpo entero se derretía ante el beso y el abrazo de aquel hombre.
–Listo ¿contenta? – le pregunto mucho tiempo más tarde

– ¡Feliz!, ya no recuerdo ni de que hablábamos hace un rato ­– dijo ella con una sonrisa que le ocupaba todo el rostro.  
Los besos de aquel hombre hacían que Candela lo olvidara todo y que nada sin importancia la preocupara, eran mágicos sus besos.

–Te decía que vine porque tenía ganas de verte, de besarte, de abrazarte, de compartir contigo un segundo, un minuto, cien, ¡estaba pensando en ti y por eso vine! –le recordó el hombre.
–No, creo que fui yo quien te pensó primero y te llamo con el pensamiento! – Le dijo Candela

–Debe ser entonces, le dijo él tomando su mano y dándole la razón para para evitar una posible discusión, ya que sabía que con Candela era mejor no discutir demasiado, que siempre ella tenia que ganar en todo y tener la ultima palabra, la muy malcriada. ­–Pensó el
– ¿Como estas?­– Le pregunto ella

– Mucho mejor ahora que estoy contigo, te ves bella– le respondió él
– ¿Por qué no subes a mi apartamento?, arriba no hay nadie, podemos hablar sin ser interrumpidos.

–No es que no quiera estar a solas contigo, pero no puedo, que van a pensar los vecinos o tú familia si se enteran que me metiste al apartamento, no, no insistas. –Respondió él hombre.
–Tú siempre más pendiente de lo que diga el resto del mundo sin tener en cuenta mis sentimientos, ¡como si a mi me importara lo que piense o diga la gente!- le dijo Candela molesta

– ¡Tú eres mujer y la gente habla! Seguro todos saben que estas sola arriba y están pendientes de si metes a algún extraño. ¡Tengo que protegerte! Yo soy hombre y como los gatos siempre caemos de pie.

– ¿Protegerme? ¡Yo no necesito tu protección!, ¿gato, que gato? ¡Tigre es lo que quiero que seas y me comas enterita y de una vez! ¿Que me vas a hacer que no quiera que me hagas?, ¿y de que extraño hablas? Tú no eres ningún extraño para mi todo lo contrario, te conozco como si fueras parte de mi o así lo siento, ¿por qué tu empeño en negarlo?, ¿es que acaso no lo sientes que somos el uno para el otro, que somos uno cuando estamos juntos?  Vamos no perdamos tiempo, acompáñame que arriba estaremos más cómodos que acá en la camioneta.
– ¿Meterme yo en la jaula del tigre? – Dijo él hombre, riendo nervioso en broma pero en serio.

– ¡Si ves, eres tu él que tiene miedo!, él que necesita protección, la verdad no puedo prometerte que no te voy a morder cuando te tenga a solas. ­– le dijo mientras se acercaba lentamente y de manera sensual buscando su boca con sus labios en la oscuridad.

Candela lo beso muy lento disfrutando cada segundo del encuentro de sus bocas, buscando su piel debajo de la franela con su mano, sintió su espalda tibia y suave. Tomo la mano del hombre y la coloco sobre su falda y la deslizo hasta llegar a su rodilla descubierta, trato de llevar su mano más arriba rozándole sus muslos y subiendo por su pierna, pero él la de tuvo y ella se alejó rápidamente de su cuerpo irritada.
– ¡Ya recordé porque pelábamos el otro día!, siempre que trato de acercarme demasiado tú te alejas, me detienes, me rechazas y me cortas la inspiración. ¡Si es que no te gustan las mujeres dímelo y no me hagas perder mi tiempo! – le dijo enojada bajándose del auto y tirando fuertemente la puerta mientras se alejaba sin mirar a tras.

El hombre se bajo de la camioneta ofendido y fue tras ella, la detuvo por la espalda poniendo sus brazos alrededor de su cintura y la llevo de regreso al auto diciéndole “si serás malcriada, ven que te muestro quien…” le dijo mientras la sujetaba con fuerza contra la puerta del auto besando su cuello hasta llegar hasta sus labios y forzarle un beso.
Ella no podía luchar contra sus besos o su boca, que siempre la dejaban deseando más, ella sabia que él era demasiado fuerte que no tenia sentido luchar, él con sus besos la desarmaba por completo y si, sus besos la hacían olvidar y la trasportaban a otro lugar, un lugar de donde ella no deseaba regresar. Ella quería quedarse ahí con él, congelar el tiempo, detenerlo, ahí en sus brazos sintiendo su olor, su piel y es que él olía a playa, a brisa fresca, a mar, arena, sol a luna.

Él se detuvo y ella miro al cielo y vio a la luna y se pregunto a si misma ¿serán sus besos o será la luna que me enloquece y me hacen olvidar mi nombre?, ¿Cómo se puede amar tanto a un hombre?, no es justo -  Pensó apenas el dejo de besarla, ¡no es justo! – se dijo a si misma.
Como adivinando sus pensamientos él le dijo: te amo más de los que piensas, más de lo que te imaginas, quiero amarte siempre y para toda la vida, no quiero perderte y sobretodo no quiere cometer un error que ponga en riesgo un futuro contigo. Estoy aquí hoy porque te amo, que más necesitas.

– No entiendo, si me amaras querrías estar conmigo, no me rechazaras como lo haces, no dejarías pasar la oportunidad de estar conmigo. A mi no me importa lo que piense nadie, sólo me importas tú, pero me confunde y me enoja tanto rechazo de tú parte. Es como si me juzgaras mal, pensaras que soy demasiado atrevida, indecente. Tal vez si me hiciera la difícil te tendría comiendo en mi mano, pero yo no soy así y no voy a aparentar ser alguien que no soy para complacerte a ti.  ¿Sera que te gusta la cacería y como sabes que me tienes servida en bandeja de plata, no te intereso o te faltan los dientes para comerme cuando me tienes en tus brazos?
– Candela no es eso, es que te respeto demasiado y …

– ¡Pues respétame un poco menos, que me hace daño tu indiferencia! O hazme el amor acá en el auto, demuéstrame que me amas, que me deseas y después empezamos con lo del respeto, ¿te parece? Le dijo al hombre casi gritando.
– Habla más bajo que si nos escucha un vecino y lo nuestro no es sólo físico, yo no quiero precipitarme, no quiero hacer de una hermosa historia de amor algo puramente sexual. ¿Será que a ti solo te interesa mi cuerpo? – le pregunto el hombre levantando la ceja.

– ¡Que cosas dices, pareces tú la mujer y yo el hombre!, tratando de convencerme de que espere un poco más. Le dijo riendo fuerte y burlándose de él.
– No sigas, que me vas a hacer enojar Candela y ….

– ¿Y que?, ¿no fuiste tú quien dijo que no importaba lo que yo hiciera tú nunca me dejarías de amar?, ¿Tal vez sólo te estoy probando?  – le pregunto interrumpiendo.
– ¡Deja de interrumpirme, tú no dejas que termine una frase!, y si ese es uno de los tantos problemas que tenemos, que para ti todo es un juego, yo no se cuando algo es en serio o es en broma, ¡tu y tus cuentos!, “Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”.- le respondió con tono de burla y a la vez molesto. Es tarde y mejor me voy antes que se me salga algo que empeore la situación y no quiero seguir discutiendo. – agrego. Hablamos otro día que tengas una hermosa noche, la mas linda, - le dijo despidiéndose menos enojado.

– Quédate, no quiero que te vayas, te necesito, te amo y eso no es cuento. ¿Cómo es que no te das cuenta, que te quiero a mi lado para hacerte feliz? – Lo miro con cara de tristeza.
– ¿Por qué no puedes ser la niña dulce, tierna y algo tímida que eras cuando te conocí? – Le pregunto suspirando  él hombre.

– ¿Estarías soñando con otra?, yo nunca fui así y ese es otro problema que tengo contigo, me choca estar recordándote que soy una mujer y que tú me trates como una muñeca de porcelana que admiras desde una vitrina pero nunca tocas para no quebrarla.  – le respondió Candela muy enojada.

Buenas noches – agrego
–Buenas noches Candela, prometo llamarte, apenas pueda. – Le dijo el hombre

–Ni te molestes, ya sabemos para lo que sirven tus promesas – Se despidió Candela subiendo las escaleras más enojada que cuando las había bajado hacía un rato.


Tal vez deba irme lejos, donde él jamás pueda encontrarme, tal vez sea el destino que no quiere que estemos juntos. Ese hombre hace hervir mi sangre y sus besos hacen que pierda la memoria y yo me encienda por dentro como un hermoso puente con muchas luces de colores, por más que intente él nuca entenderá que soy sólo así con él y con nadie más. ¿Que sentido tiene insistir?, yo no puedo ser quien él quiere que yo sea, él quiere a otra mujer, una que no soy yo y nunca voy a ser mientras este a su lado o lo tenga tan cerca de mi. Su olor, su piel, sus caricias sus besos, me ponen mal y no puedo evitarlo, todas las cosas que le haría si estuviera a solas con él, y es que ni me atrevo a decirle, porque diría que soy una descarada, una atrevida, una puta.

Tengo que olvidarlo, no debo seguir persiguiendo un imposible, pasarme la vida convenciendo a un hombre de que lo amo, que él es todo lo que necesito para ser feliz, no puedo, merezco mejor que eso. ¿Quedarme con alguien que no desea entender lo que siento y que le importa más el que dirá la gente que el daño que me causa su indiferencia? Tengo que olvidarlo y sacarlo de mi corazón para siempre, dejarme querer por alguien que me acepte como soy, con el volcán que llevo dentro. Alguien que no me diga que me tiene que proteger, sino más bien alguien dispuesto a enfrentar el mundo conmigo. Alguien que me ame sin medidas, sin límites y con todo su corazón.

Me gusta eso para un cuento – pensó Candela.

Habían pasado cuatro días, y el hombre que prometió llamar aun no lo hacía.

Él iba manejando en su camioneta pensando en Candela, en todas las cosas que se habían dicho, por mas que lo intentaba no dejaba de pensar en ella, en su rostro, en sus labios, en sus besos, en su cuerpo, se le hacia difícil concentrarse. Cuando menos lo esperaba volvían las imágenes a su mente de aquella noche ellos solos, abrazándose y besándose, como hubiese deseado él ser otro, sentirse menos nervioso ante aquella mujer que él admiraba tanto, pero que a la vez le provocaba un susto enorme que no sabía exactamente como mantener bajo control. Él quería contarle todo y confiarle todos sus sentimientos, pero a la vez temía mostrarse vulnerable y contarle sus secretos. Él no le contaba sus secretos a nadie.
¡Que imbécil, que tonto fui, como no subí con ella a su apartamento! –  pensó el

Esa loca es un peligro, candela es un peligro para mi corazón, la verdad le tengo miedo, quedarme a solas con ella, lo que eso representa. Sabiendo lo que los dos sentimos, el uno por el otro, solos ella y yo en una habitación, de que hablar, ahí nadie iba a hablar, las palabras iban a estar de más. Pretender otra cosa es caerse a cuentos y si ella escribe unos cuentos hermosos llenos de pasión, pero que pasa si yo no llenaba todas sus expectativas, ella siempre tan segura de si misma y yo tan inseguro y tan pendejo cuando se trata de cosas del amor. Desnudarme frente a ella, hacerla mía, entregarme a esa mujer, esa fiera, esa loca capaz de volverme loco a mi con sus cuentos, sus ideas, sus historias de romances. Ella es mi debilidad, con ella me siento vulnerable. La amo, la deseo, estoy loco por tenerla en mis brazos, sentir su piel, apretarle contra mi cuerpo y hacerla mía, mi mujer. ¿Pero y después que? , ¿Que hago si me hace perder la cabeza y se me olvidan mis responsabilidades?, ¿que puede querer una mujer así de mi? , tan directa, atrevida, pareciera no importarle nada y ¿como quedo yo ahí, después de que me utilice?. ¿Será cierto que me ama o seré solo un capricho de su corazón? Un personaje más de sus cuentos de amor, “mi inspiración” como a ella le gusta llamarme a veces. Esa Candela es un peligro, yo la amo como nunca he amado a nadie y eso me aterra y me paraliza, ¿que pasa si todo lo que ella cuenta es mentira, si sólo soy un juguete? y yo acá sintiendo tanto por ella, asustado de tanto amor y ganas que tengo de tenerla, tratando de darle el puesto, el lugar, el respeto que ella merece y ella empeñada en seducirme, provocarme, ahí en la calle, sin importarle quien nos vea. ¿Será así es ella con todos los hombres que conoce?, ¿cuantos más habrá esperando por ella? ¿Será cierto que es únicamente a mí a quien ama?, ¡cuantas veces me he escuchado ese cuento!
El hombre conducía y pensaba, Candela, te necesito, quiero verte, besarte, sentirte en mis brazos, sentir tú amor, hacerlo mio, escuchar tú voz, que me digas cuanto me amas, no quiero perderte, se siente tan bien tenerte en mi vida –el hombre tomo el primer cruce a la izquierda dio la vuelta, se regreso, cambio de ruta y fue en busca de Candela.

Cuando la vea, pensó, eso voy a decirle, que es ella, que siempre fue ella, la mujer que me hace feliz, que pase lo que tenga que pasar y ya veremos como lo resolvemos, trataremos que hacer que funcionen nuestras diferencias, pero no quiero discutir más. No quiero más interrupciones para nuestro amor, “el que quiere puede”, ella lo dice todo el tiempo, y si es por querer ambos queremos, tendremos que hacer algunos ajustes, sobre todo ese carácter tan impulsivo que ella tiene. Va a tener que aprender a controlarlo y yo bueno por donde empiezo, por empezar a creer más en ella, en dejar que ella me ame a su manera sin cuestionar sus intenciones constantemente con mis inseguridades.
¡Que vaina!, ¡porque la vida tiene que ser tan complicada y yo tan enamorado! Y si, cuando la vea se lo diré, que estoy enamorado de ella, que fui un tonto por no decírselo y dejarla pensar que la distancia y el rechazo que ella sentía era que no me interesaba. Que es mas bien todo lo contrario, si por mi fuera estaría con ella todos los días, pero temía que las cosas acabaran mal y yo completamente destrozado. Miedo, era miedo, miedo a tenerla, miedo a hacerla mía y perderla para siempre.
No quiero perderla, no ahora – pensó el hombre, llegando al edificio de Candela y estacionando la camioneta.
Toco el intercomunicador varias veces, pero Candela no contesto, se asomo al estacionamiento y vio su auto estacionado y pensó que seguro estaría tomando un ducha, apenas alguien salió por la puerta, el aprovecho para entrar al edificio y esperar frente a su puerta.
Subió las escaleras y hasta llegar al piso dos. Ahí espero unos minutos frente a su puerta antes de tocar el timbre.
Nadie respondió, no había ventanas visibles para ver si había luz en el departamento pero pensó que ella por la hora tendría que estar en casa, timbro varias veces y nada, pensó que tal vez ella seguiría muy enojada con él y por eso no habría la puerta. Golpeo la puerta diciendo: Candela abre sé que estas ahí, sé que estas molesta por que no te lláme, pero acá estoy, para que hablemos y abre la puerta no seas terca. Fue cuando pensó que tal vez estaría en la piscina o el los jardines del edificio y pensó en dar una vuelta antes de irse, cuando se disponía a bajar las escaleras sintió que una puerta se abría, se regreso a ver a Candela, pero sólo era la vecina de al lado que había decidido asomarse por el ruido que él había estado haciendo.

Cuando lo tuvo de frente le dijo.
– Mijo, Candela no está y no la espere que no va a volver –   le dijo la vecina

­– ¿Cómo, a donde se fue? –le pregunto el hombre.

– Salió con dos maletas esta mañana, rumbo a ¿Paris, Bélgica u Holanda?, la verdad no recuerdo bien – le respondió la vecina. Solo sé que dijo que no volvería jamás, que si un hombre con la mirada triste venía preguntando por ella, que le dijera que ella se había cansado de esperar por él. – le dijo la mujer. Así que ya sabe mijo, no vuelva más por acá, y no la busque que no la va a encontrar.
El hombre sintió un nudo inmenso en la garganta y pregunto sin saber de donde salieron las palabras que se escucho decirle a la señora, ¿Cómo sabe que el mensaje es para mí?

– ¡Porque no imagino hombre con la mirada más triste que usted!, tome para que seque sus lágrimas, dijo la mujer extendiéndole la mano. Él no vio el pañuelo que trataba de darle la señora, pues las lágrimas que corrían por sus ojos y que él trataba con tantas fuerzas de detener le nublaban la vista, salió rápidamente del lugar y se marcho con una pena más oscura que la noche en el alma.
“Las cosas que perdemos por miedo a perder” –  recordó el hombre, viendo la luna en el cielo como brillaba.

FIN
Cuentos de Candela
JP

8 comentarios:

Alan Rogers dijo...

Todos queremos en nuestra vida a alguien que nos ame sin medidas, sin límites y con todo su corazón; la pregunta que deberíamos hacernos es la siguiente: ¿Estamos nosotros también dispuestos a amar de esta manera? En este mundo lleno de medidas y donde creemos que toda acción debe tener una reacción, ¿Es fácil lograrlo? ¿Podemos amar de la manera más pura y desinteresada? Todo lo mejor querida amiga :)

Alan Rogers dijo...

Misterio resuelto, o por lo menos así lo creo. Yo ya había leído este cuento por eso pensaba que había dos cuentos: "Candela" y "Candela y el hombre". Bueno dicen que cada vez que lees algo lo entiendes y lo ves de una manera diferente. Hay mucha pasión contenida en este cuento. Pasión, que al igual que el agua, busca su cauce, busca su río. Tanto Candela como el hombre cometen el error de no entender los miedos y los deseos de la otra parte. Cada uno este pensando en sus sentimientos, deseos y temores, olvidandose de la otra persona. Este fragmento refleja de manera exacta la falta de comunicación y comprensión entre ambos : "Debe ser entonces, le dijo él tomando su mano y dándole la razón para para evitar una posible discusión, ya que sabía que con Candela era mejor no discutir demasiado, que siempre ella tenia que ganar en todo y tener la ultima palabra, la muy malcriada. –Pensó el – ¿Como estas?­– Le pregunto ella" Ambos están en dos mundos completamente diferentes. Son el agua y el aceite deseando hacer el amor, se tocan, se huelen pero no se unen verdaderamente. También hay imposición y no rendición. Ambos buscan imponer su deseo, ningun se rinde verdaderamente al otro. Ella siempre ha salido con la suya y no va a dejar de hacerlo aunque ello signifique su infelicidad. Él, inseguro de sí mismo y con miedo a enfrentarse a la vida y a los riesgos no toma las decisiones que quizas debía. Este cuenta muestra la realidad del mundo actual, cada quien esta en su universo y no piensa en el universo vecino. El verdadero amor no exige, es una rendición voluntaria. Una sabia amiga me dijo hace unos años, "Alan, el día que encuentres a una mujer que piense esto, "Yo quiero quererte. Yo quiero tenerte a mi lado. Yo quiero entenderte. Yo quiero vivir cada instante de mi vida contigo. Yo quiero hacer esto si tu también quieres hacerlo conmigo." Si consigues a esta mujer agarrala fuerte entre tus brazos y no la dejes ir siempre y cuando tu también pienses lo mismo de ella." Ahora puedo decirle a esta amiga que gracias. Gracias querida amiga por darme uno de los consejos más sabios que me han dado en mi vida. Querida Joha, te dejo con esta reflexión personal. Todo lo mejor querida amiga. Besos y abrazos :)

Johanna Penny dijo...

Muchas gracias Alan por tomarte el tiempo para leer mis cuentos y regalarme tus comentario. Gracias por todo el apoyo que les das a mis historias del corazón. Eres un gran amigo. Un abrazo.
JP

Johanna Penny dijo...

"Yo quiero quererte. Yo quiero tenerte a mi lado. Yo quiero entenderte. Yo quiero vivir cada instante de mi vida contigo. Yo quiero hacer esto si tu también quieres hacerlo conmigo." Me encata para un cuento!!!. Excelente consejo que te dieron, lo comparto. Mi querido amigo es mi deseo que cuando una mujer te diga esas hermosas palabras tú no te asustes y salgas corriendo del pánico, como lo harian muchos hombres y mujeres. (y me incluyo en esa lista)Peor que no le creas cuando te las diga, no hay algo todavia peor, que le digas calla no sigas, no me digas más, que no sabes lo que estas diciendo o no estoy listo para ese compromiso. Ouch!!! Been there done and heard that. Ouch!!!! Alan hay que ser muy valiente y arriesgado para decir todo eso y despues tú dices que yo soy exigente!! jajaja Que te parece si te conformas con "Tú Tarzan y yo Jane" jajajaja me gusta como titulo para una comedia! Buenas noches querido amigo.
JP

Alan Rogers dijo...

Querida amiga, yo soy exigente. No creo que tenga miedo y salga corriendo. Al final lo importante es que ambos sintamos eso, el uno por el otro. Ambos digamos juntos "Quiero quererte..." Pero recuerda que no deben ser simples palabras echadas al viento, éstas deben ir acompañadas con acciones, hechos y demostraciones de afecto y sentimientos. Cualquiera puede decir palabras hermosas, lo verdaderamente importante es que las palabras sean un adicional, un extra, a aquello que con acciones has demostrado. Unos ejemplos: "Amor te quiero. Eres todo en mi vida. Solo vivo para ti. Este fin de semana me voy de putas con mis amigos." hahaha... Algo exgerado. Las palabras deben ser el punto y final que terminan la oración llena de sentimientos, acciones y demostraciones de cariño. Todo lo mejor querida amiga.

Alan Rogers dijo...

Agrego otros ejemplos ilustrativos a la lista: "Amor te quiero mucho. Eres el hombre de mi vida. Disculpas anoche me acoste con tu mejor amigo."
"Confia en mi. yo no te voy a mentir jamás pero no quiero que me preguntes nada."
"Te quiero mas que nada en este mundo pero mi vida personal es problema mio. Tu ni te metas."
"Quiero quererte y me importa un comino lo que tu desees o pienses." Pues no!!! En estos ejemplos las palabras y las acciones van en direcciones contrarias. Hahaha... "Hechos de la vida real."... hahaha...

Johanna Penny dijo...

Que risa con los "Hechos de la vida real" Podría decir y agregar tantos más a la lista, que estoy segura de poder sacar un cuento!! ja, ja, ja. Tengo tantos cuentos en mi cabeza que no sé por donde empezar!!! Gracias por tus comentarios, aprecio mucho tu sinceridad!!! Ya recorde uno "Baby, yo no te fui infiel, sólo fue sexo oral" Hechos de la vida real. "¿Mi amor tu sabes contar?, pues no cuentes conmigo esta noche!" ja, ja, ja. "Amigo, el raton del queso!!, yo no creo en la amistad!!, ni siquiera tengo amigos. Pero quiero que tú y yo seamos amigos y por cierto el amigo que tienes que te escribe a tú Facebook, me cae mal, ese tipo no es amigo tuyo y algun dia me vas a dar la razon." "Hechos de la vida real" ja, ja, ja.

Johanna Penny dijo...

"Quiero quererte y me importa un comino lo que tu desees o pienses." Que bueno esta este!! ja,ja,ja. " Te voy a amar siempre, sé que con nadie podria ser tan feliz como lo soy contigo" Una semana mas tarde estaba con otra en la cama. jajaja y no sigo para dejarlos para mi cuento!! Besos querido amigo!!!