miércoles, 24 de agosto de 2011

El amigo que nunca olvide

....continuación del cuento "La amistad"


Le pregunte a mi esposo sí sé acordaba de ti, querido amigo.
Me respondió que si, así no más. Eso fue todo lo que dijo y eso no esta nada mal pues tiene muy mala memoria y nunca se acuerda de nadie.
Yo pensé que fue gracias a ti que lo conocí a él, que de no haber sido por ti, por tu amistad, porque tú siempre pensabas en mí, me incluías en todas tus actividades y me invitaste a una fiesta de tú universidad.
De no haber sido por ti y por tú invitación, jamás lo hubiese conocido a él, no estaría hoy con mi marido y no tendría dos hijos maravillosos, que son toda mi alegría.
Ustedes dos fueron a la misma universidad, vaya cosas del destino.
A una universidad que de no ser por ti, yo jamás hubiese conocido.
Mi esposo me prohibió contar la historia de cómo él y yo nos conocimos, el no quiere ser parte del cuento. Tú me diste tu permiso para hablar libremente de ti y usar tu nombre para mi relato de como nos conocimos y me dijiste, que te encanto mi primer cuento, “La amistad”.
Este segundo cuento te prometo te va a gustar aun más, esta lleno de sentimiento y relata nuestra amistad.

Me alegra poder contar la historia de cómo conocí a uno de mis mejores amigos, al que no olvide a pesar de los años y la distancia, al que busque por todos lados en el Internet porque necesitaba de un buen amigo para contarle un cuento, alguien que me conoce de toda la vida y sé que le puedo contar mis secretos. Alguien que es mi amigo y no me dejo esperando mucho tiempo antes de contestar mi mensaje en Facebook, creo que demoraste 10 minutos como mucho en hacerlo, yo tarde más de 14 años en buscarte y encontrarte de nuevo.

¿Recuerdas Alan como nos conocimos? ¡Han pasado más de 20 años y yo todavía lo recuerdo!

Nos conocimos en un autobús, que iba rumbo a Puerto La Cruz, en Venezuela, era una excursión del colegio. Yo por llevarle la contraria a un hombre, a quien yo sin saberlo en ese momento, se convertiría un año más tarde en un amor de tormento. Lo recuerdas ¿sabes de quien te hablo?, seguro alguna vez te hable de él o me viste a su lado.


Volvamos al autobús donde aquel hombre me prohibió subir, por no ser el que me correspondía tomar a mí, por ser yo de otra sección del colegio.
El creyó que podía detener a un volcán en movimiento. Pobre hombre nunca supo lo que le paso, fue en ese viaje que de mí sé enamoro.
Pero ese es tema de otro cuento.
Yo no sé que me ocurrió ese día, pero no acepte un no, desafíe a aquel hombre y me subí a un autobús donde no conocía a nadie, mientras que mis compañeros de clase se fueron en otro autobús. ¡Alan ahí esta mi espíritu de riesgo y de apostar por lo desconocido, por el que me preguntabas hace solo unos días!

Una vez dentro del autobús, pensé que loca, quien me manda a subirme en el autobús equivocado, no conozco ni un alma, todas son caras desconocidas para mí. ¡Las vainas* que hago por llevarle la contraria a un hombre, que a la final es solo X en mi vida! (él X que quería casarse conmigo, las vueltas que da la vida)

Me fui caminando lento viendo todas las caras desconocidas, hasta la final del autobús para buscar un asiento libre, ya que todos los de adelante ya estaban ocupados.  
Me senté en el último asiento de la última fila y en una fila más adelante estabas tú, sonriendo, feliz, lleno de alegría, echando vaina* con Alexandra y Cecilia. El trío perfecto de amigos que encontré ese día y que cambiarían mi vida, mi rutina, mí día a día, mis pensamientos con sus valiosos consejos.
Gracias a que tome un riesgo ese día, comenzó una nueva etapa en mi vida y una bella amistad que duro toda una vida. Una amistad que nunca olvide, por eso lo recuerdo tan bien, por eso te busque y le doy gracias a Dios de que finalmente te encontré. ¡Hoy estas nuevamente en mi vida y que alegría!

Querido Alan tengo muchos cuentos que contarte. El otro  día te llame a tu casa y hablamos más de dos horas, me encanto escuchar tu voz, que sigue siendo exactamente la misma que recuerdo. Nos pusimos rápidamente al día con nuestras vidas como si hubiéramos pasados solo dos meses sin vernos y no catorce años. 
La confianza sigue siendo la misma, pues tú me contaste tus problemas e inquietudes y yo te conté mis cuentos y secretos. Tú sigues preocupándote por mí, como lo hacías en el colegio y dándome valiosos consejos. Siento el gran cariño que me tienes y que yo también te tengo, aunque estemos tan lejos.
Yo siempre te escucho aún cuando me pides que no te escuche, por no saber lo que dices y estar más loco que nadie que conozco. Me dijiste que algunas cosas son mejores sí las dejamos olvidadas en el pasado. Sé que no hablabas de nuestra amistad, y te entendí muy bien, siempre te gusto ponerme a pensar y vaya como me has puesto a pensar, tu sí que sabes calmar a un volcán. ¿Tú amistad no le teme a nada verdad? Siempre preguntas lo que yo ya sé y no me atrevo a responder. Gracias por preocuparte tanto por mi bienestar, por llenarme con tus palabras y no ahogarme en silencio. Tú eres mi amigo, mi espejo.
Alguien que leyó el cuento “La amistad” me pregunto si entre tú y yo hubo alguna vez algo más que amistad. Yo le aclaré que no, que si nos hubiesen visto bailar, como bailábamos los fines de semana en las discotecas de Caracas, más que amigos hubiesen visto a dos hermanos, echando vaina juntos, riendo, gozando, tomando Cuba Libre y Tequila Sunrise, charlando de lo más animados.
¡Que buenos tiempos aquellos mi amigo, mi hermano!


Este cuento es para ti mi querido Alan por ser tú tan bueno y aceptarme como tú amiga, sin juzgarme, con mis virtudes y con todos mis defectos, te quiero mucho mi querido amigo. ¡Gracias por regresar a mi vida de nuevo!

FIN


*Las vainas, echar vainas. Expresión Venezolana.
 Otra forma de decir Molestar, bromear

1 comentario:

Alan Rogers dijo...

Gracias nuevamente querida amiga por este hermoso regalo... ¿Como puede olvidar uno los maravillosos momentos que compartimos juntos? Imposible!!! Bueno quiza uno de mis errores del pasado no fue tener algo contigo... hahaha... Ahora que lo pienso fui un loco al no tener algo más contigo además de nuestra amistad... Hubiese sido interesante... hahaha... muy interesante... Si esa persona sin conocernos nos hubiese visto bailar habría dicho que eramos marido y mujer, por lo bien que estabamos sincronizados... hahaha... Pero justamente esa es la magia de nuestra amistad. Nuestra amistad es una amistad pura donde simplemente ambos podíamos ser nosotros mismos sin miedo a ser juzgados o temor de lo que el otro pensara. Nos queremos como verdaderos amigos y ese sentimiento es muy especial. Fue y es una amistad hermosa. Gracias querida amiga. Tu tienes una habitación permanente en el hogar de mi corazón. Besos y abrazos :)