miércoles, 13 de febrero de 2013


“dicen que cuando uno se despide muchas veces, pocas ganas tiene de irse... pero cuando se va sin despedirse es que ya se perdió todo...”
Del muro de Facebook de Hector Miguel Nieto Medina, instructor oficial de Zumba® fitness en México City.
 

No quiero despedirme de ti. No pienso dejarte ir. No pienso hacerlo. Además despedidas tuvimos demasiadas, suficientes, fueron tantas. Me niego. Me reusó a decirte hasta luego, hasta pronto, adiós o hasta la vista baby. No quiero imaginar mi vida sin ti. Punto. Sí llámame egoísta. No me da la gana. La verdad es que se me hace un nudo en la garganta de tan sólo pensar en la posibilidad de no saber de ti. No quiero preguntarme ¿qué será de tu vida?, ¿si pensaras en mí?, ¿si respiras?. No, yo no respiro igual sin ti, si llámame egoísta, pero no quiero despedirme de ti. De tan solo pensarlo comienzan a brotar las lágrimas de mis ojos, a caer por mis mejillas. No sé cómo hacer, como decírtelo, para que lo entiendas.  Te quiero en mi vida, te quiero en mis mañanas y en mis tardes, en mis madrugadas y en el medio de mi insomnio también te quiero, como nunca he querido a nadie, como nunca nadie te ha querido, así te quiero. No me pidas que me despida, más bien pídeme que me quede contigo para el resto de nuestras vidas, pídeme que te quiera, que te abrace fuerte, pídeme que te bese, que te acaricie, pídeme todas esas cosas que no te atreves a pedirme por tener miedo a perderme.  No me pidas imposibles, no me pidas que deje de quererte. No me pidas más despedidas, que despedidas tuvimos suficientes. Pídeme que me quede a tu lado y que te quiera por siempre.

 

Creando mundos nuevos

 

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