jueves, 22 de marzo de 2012

Mentiroso, Mentirosa

Recuerdo a un novio que tuve que era mitómano. Lo conocí en una fiesta a la que fui prácticamente obligada, pues yo prefería quedarme en casa esa noche, aunque nadie que me conozca bien me lo crea.
Sin embargo y como a mi me cuesta mucho decir que no accedí y fui a la fiesta donde conocí a mi querido mentiroso.

Él estaba en una esquina de la terraza hablando con un amigo, fumando un cigarro. Yo me le quede viendo con una sonrisa y el enseguida se acercó a presentarse.
¡Que lastime que fumes!, ¡yo soy alérgica al cigarro! - le dije mintiendo a penas término de decirme su nombre.
¡Jamás había visto yo a un hombre botar un cigarro a la basura tan rápido!
¿Fumar yo?, no ¿esto?, ¡Si yo no fumo! Ese era mi primer cigarro y la verdad que es que no me gusto.
No es lo mio – dijo mintiendo
A partir de esa noche nos volvimos inseparables, cupido nos había flechado a ambos.
Hablábamos por teléfono todos los días y nos veíamos casi todas las tardes. Yo le contaba todos mis planes y todo mí día a día. Él hacia lo mismo, me contaba de sus estudios, su trabajo, sus planes para el futuro. Me llevo a conocer a su familia, a sus amigos, todos se encariñaron conmigo y yo con ellos. Nuestra relación era perfecta de no haber sido por las mentiras.

En mi casa todavía se acuerdan de él, mi madre me lo mencionó hace poco, cuando yo estaba de visita buscando fotos viejas en el baúl de los recuerdos, y me pregunto, ¿que es de la vida del mitómano?
¡Hay mami ni me lo recuerdes, con ese hombre yo no quiero nada! - fue mi respuesta.
Es que si en esta vida todo se paga ese hombre fue mi karma. ¡Más mentiroso imposible!

¿Por qué mienten los hombres? Me pregunto y me pregunte miles de veces cuando descubrí que él que decía adorarme me mentía.
Según su mamá, que salió en su defensa, él estaba tan enamorado de mí, que pensó que la verdad no seria lo suficientemente buena para mí, para conquistarme.
Que él quería impresionarme, para que yo me casara con él y por eso me invento una mentira tras otra, hasta llegar al punto que ni él mismo sabía bien que era verdad y que era un invento.
Antes de yo enterarme que él me había estado mintiendo, el ya tenia un plan.
El plan era que nos casáramos al poco tiempo de ser novios y ser felices para siempre como en los cuentos de hadas. Así que él y su mamá fueron a casa de mis padres a pedir mi mano y a planear la boda.
El problema fue que mi novio no me haba dicho nada de sus planes y para mi fue tal la sorpresa que me quede muda, pálida y mi cara que no esconde nada, fue todo un poema de angustia y terror ante la idea una boda imprevista.
Y es que por mi mente no paso ni por un instante la idea de casarme con él, algún diga tal vez, pero teníamos poco tiempo de novios, ¿porqué el apuro?– pensé
¡Mi madre que habla hasta por los codos, también quedo muda aunque no pálida!
Gracias a Dios, mi padre que es más bien callado y serio, encontró su lengua y su castellano no le fallo para decir, que ellos como padres no iban a organizarme una boda obligada, sin que fuese yo quien antes  deseara casarme. Que esa seria mi decisión para cuando yo me sintiera lista y yo se los haría saber a ellos. Que mientras tanto, ellos felices de que mi novio me visitara, que él era un buen muchacho y se notaba que los dos estábamos contentos juntos, pero ellos no iban a apurar una boda.

Yo respire aliviada y el color volvió a mi rostro. En cuanto a mi novio su cara era de decepción y su madre parecía no estar muy contenta con la respuesta, pero ninguno insistió.
Poco tiempo después me entere que todas las cosas que él me había contado de su vida, habían sido puras mentiras, todo lo referente a sus estudios, su trabajo, sus planes, con el único fin de que yo creyera que él era un hombre con futuro, buen partido. Quería impresionarme con cuentos, para que yo me casara con él.  
Yo que lo quería mucho y me dolía aceptar la verdad, trate de hacer que él mismo admitiera las mentiras y me contara la verdad con sus propias palabras y mirándome a los ojos para poder perdonarlo. Por mucho que lo intente y por mucha paciencia que saque de donde no encontraba, él se negó a admitir que me había mentido, escondiéndose detrás de más y más mentiras, mientras me miraba fijamente a los ojos.
Luego de varios días de pensar y reflexionar en que hacer y si aceptar el hecho de que mi novio era simplemente un mitómano capaz de engañarme viéndome directamente al rostro y que tendría que vivir con ese pequeño defecto, ya que él tenia tantas otras cosas positivas y me quería con locura. Le pedí al mentiroso que me diera tiempo y espacio. La relación se acabó un mes más tarde debido a más mentiras.

Cuando digo que en esta vida todo se regresa es porque recordé que poco tiempo antes yo había estado muy enamora de un chico, que paso de ser mi mejor amigo a ser mi novio. Él un día comenzó a hablarme de una prima que se había convertido en su confidente y su mejor amiga. Yo que no podía más con los celos, de escucharle a él hablar constantemente de su nueva mejor amiga, a quien él le contaba absolutamente todos sus sentimientos y detalles más íntimos de su vida  y que según él, ella era perfecta ya que siempre le daba buenos consejos, decidí inventarle un cuento de los mios, una mentira.

¡Mentirosa, mentirosa, todo en la vida se regresa! – pensé

Fue una mentira blanca, sin mucha importancia, inocente. Yo sólo quería que mi novio sintiera un poquito de celos, para que entendiera lo que yo sentía cuando lo escuchaba hablando de otra.
Quería que él dejara de hablarme tanto de su nueva mejor amiga y recordara que yo era su vida, así como él era mi vida, mi media naranja. ¡Yo tan tonta y romántica, cupido en persona!
Le dije una mentirita a mi novio que en el momento pensé que no tendría importancia, que pronto se le olvidaría, pero a mí nunca se me olvido y arrastre como una herida durante más tiempo del que me gusta reconocer.

Durante años pensé que de poder retroceder el tiempo y tener la oportunidad de tenerlo de frente le habría dicho la verdad.

Le habría dicho:
Sabes mi vida, yo te quiero, me siento muy mal cada vez que mencionas a tu prima, me muero de celos, me alegra que tengas a alguien con quien desahogarte y conversar, pero extraño cuando lo hacías conmigo.
¿Recuerdas cuando antes de ser mi novio eras mi mejor amigo y me contabas todas las cosas sin dejar nada por decir?, cuando entre los dos no existía el silencio.
Me encantaba cuando me contabas todo lo sucedido en tu día y me hablabas de tus sentimientos y las preocupaciones que tenias en tú mente. Y es que ahora hay cosas que no quieres contarme por temor a que te juzgue o que tú no logres impresionarme. La verdad es que escucharte hablar de otra mujer me hace sentir insegura y muy celosa.

¡Que fácil y simple suena la verdad!

La mentira que le dije fue:
¡Que bien que tienes una amiga con quien hablar! Yo también tengo un gran amigo, Brian (el karateca eléctrico) y a él le cuento todo lo que hay en mi corazón, hablamos todos los días. Es tremendo chico, guapísimo y muy inteligente además experto en karate.

¡Ahora que lo pienso ese fue mi primer inicio en contar cuentos y crear historias de la nada, creatividad al máximo como yo lo llamo!

Lo peor de todo fue que apenas pronuncie las palabras ya yo estaba de lo más arrepentida de decirle una mentira a mi novio.
Él que era extremadamente curioso y celoso quiso saber todo en cuanto se podía saber de aquel hombre, que a todas estas sólo existía en mi mente.
Aquí es donde uno viéndolo como se ve en una película del cine, diría ¡Para! ¡Para!, ¡no sigas con más mentiras y dile que lo amas y que todo es un cuento para darle celos!
Y yo pensé si le digo ahora que todo fue un invento, más nunca me va creer nada de lo que yo le diga y se ira corriendo donde la otra a contarle lo tonta e inventa cuentos que resulto ser su novia.

¡Perdón, pide perdón gritaba mi corazón y el publico presente en la sala de cine! Yo no quería hacerle daño, trate de cambiar el tema, pero mi novio tan insistente no se dejo convencer y yo me volví una experta cuenta cuentos o mejor dicho ¡Mentirosa, mentirosa!
Él no menciono más a su mejor amiga. Por un lado yo gane la batalla, pero a la final del cuento como era de esperarse perdí la guerra, ya que él me dejo por su vecina.

Yo aprendí la lección, no más mentiras, la verdad duele sólo una vez, mientras que una mentira, nunca deja de doler.

Las mentiras tarde o temprano siempre salen a la luz y muchas veces les duelen más a las personas que las cuentan. En esta vida tarde o temprano todos pagamos por nuestras mentiras.

4 comentarios:

Alan Rogers dijo...

¿Por qué mentimos? Esta pregunta me la he hecho muchas veces y en más de una ocasión la respuesta ha sido: Porque la mentira es más hermosa y menos dura que la realidad (la verdad). Esto no justifica la mentira ni mucho menos pero para que una mentira sea real, o más bien cobre vida, deben existir dos partes: la persona que crea la mentira y la persona que cree la mentira.
¿Y acaso no hay en la vida mentiras hermosas que deseamos que nunca acaben? En la vida muchas cosas empiezan con una mentira y terminansiendo una realidad.
Relato genial!!! Besos y abrazos querida amiga.

Johanna Penny dijo...

Gracias Alan, por regalarme tú comentario.
¿mentiras hermosas que deseamos que nunca acaben? Por favor Cuentame un cuento, suena interesante.
Te mando un fuerte abrazo querido amigo.

Anónimo dijo...

Saludos querida escritora,me vino a la mente mucho con ese nuevo cuento tuyo jajajaja,vaya bola de nieve se forman a veces con las mentiras.Gracias siempre por compartir sus cuentos.JP xoxo

Johanna Penny dijo...

Querido Anónimo,
Me alegra saber que mi cuento te haya puesto a pensar. A veces se aprende más por los errores que cometen los demas. Gracias por tu comentario.