Por Alan M. Rogers Martijena
Hablar sobre el SEXO abiertamente es un tema tabú… ¡Oh! ¡Shhh! Al hacerlo en público corremos dos graves peligros, el primero peligro es quedar como unos redomados pervertidos y el segundo peligro, considerado aún peor por la gente aunque no te lo digan abiertamente, es quedar como un idiota puritano. Además siempre termina algún sabiondo criticando o bien porque no se hablo lo suficiente o bien porque se hablo demasiado. Bueno en realidad cuando se trata de SEXO es más un guión de acción que un guión silabario o de palabras, aunque como ayudan las palabras para llegar a tener SEXO, si bien estas van perdiendo su importancia con el paso de los minutos… Porque bueno si de la combinación del tiempo y del SEXO hablamos dicen por ahí que es cuestión de 11 minutos mientras que para otros es cuestión de toda la vida y hasta hay algunos que han perdido la vida, no en 11 minutos sino por el SEXO. Como el tiempo es tan relativo y nadie mira a su reloj mientras hace el SEXO, bueno casi nadie a excepción de la persona que cronometro esos 11 minutos incluyendo fallos humanos como cuando empezar a cronometrar y cuando apretar el botón de STOP y parar de cronometrar.
A lo largo de toda nuestra vida la palabra SEXO siempre nos acompaña como una extensión no escrita ni registrada legalmente de nuestro nombre, aquí hago la aclaración pertinente de que todo parecido con la realidad es mera coincidencia y que si alguien se llama SEXO en la vida real, tenía unos padres bien hijos de puta. Pero al igual que nuestros nombres y nuestra personalidad y nuestras partes del cuerpo y… todo aquello que tienda a crecer… la palabra SEXO va creciendo y evolucionando conforme nosotros nos vamos haciendo más mayores, por razones prácticas no vamos a hablar del periodo de nuestra vida donde el SEXO entra en fase de decrecimiento, involución, desaparición, viagración y otras palabras terminadas en “on” de connotaciones desagradables.
Volviendo al tema en cuestión, la palabra SEXO tiene su estallido en la adolescencia. Es más, un adolescente ve SEXO hasta donde el SEXO no existe. ¡SEXO por aquí! ¡SEXO por allá! En esa inexperta edad aparecen malos entendidos como los amores platónicos donde nunca llegamos a tener SEXO y el extraño fenómeno de las manos peludas, donde tenemos SEXO a medias con nuestro amor platónico ausente físicamente. Hablando de curiosidades, eso es algo que jamás llegue a comprender, ¿porque solo se nos ponían las manos peludas a los hombres y no a las mujeres? Somos así de diferentes… Quizás el exceso de testosterona tenga algo que ver en ese asunto… Bueno para no desviarnos del tema, cuando éramos adolescentes nos inventábamos toda clase de mitos e historias relacionados con el SEXO, hablábamos de SEXO hasta en las clases de Algebra y es increíble la cantidad de mitos que creábamos de adolescentes, algo sorprendente y científicamente inexplicable sobre los mitos del SEXO es que hasta de adultos creemos en ellos e inclusive hasta la tumba… ¡vaya!
Como la edad de la adolescencia es la primera explosión de SEXO, y con tristeza digo que en algunos casos la última, bueno la aparición de la viagra a ayudado a contrarrestar esta tendencia decreciente, voy a hablar sobre algunos de esos mitos o fabulas sexuales de manera muy resumida, ya saben tan breve cómo eso del SEXO en 11 minutos o lo llamado en el argot de la cama como “El estornudo sexual”:
Primer mito: El tamaño es importante. ¡Falso! Siempre nos estamos fijando en el tamaño. ¡Vaya que grande! Cuanto más grande mejor. Tendemos a supersize todo. Si no es grande ¡malo! Nos volvemos locos midiendo. Comparando. Volviendo a medir. Que este lo tiene más grande… que esta las tiene más grandes… Si el SEXO no es una competición del Libro Guiness. No hablamos de un rascacielos, ni de las montañas más altas. Bueno pero con esa idea equivocada del tamaño, la primera vez que compramos condones los compramos del tamaño más grande. Se piensa que cada vez que se va a tener sexo oral nos van a hacer una endoscopia… Lo del tamaño llega a ser tan obsesivo que hasta hemos recurrido a la medicina y a la ciencia para agrandar lo que por naturaleza tenía su tamaño natural. Pero bueno, cuando el tamaño empezó a ser más importante que su uso, en muchas ocasiones cuanto más grande es más difícil de transportar, abulta… ya saben… seamos lógicos por un segundo, piensen en los teléfonos móviles de hoy en día en comparación con los primeros… ¡Ven! Es un mito lo del tamaño en el SEXO. Dentro de unos años será: cuanto más pequeño… y nuevamente nos mataremos midiendo y comparando…
Segundo mito: La duración de tiempo es fundamental. ¡Falso! Bueno habiendo hablado de este tema en líneas anteriores no creo necesario dedicar más de 11 minutos a esto del tiempo-SEXO. En la edad de piedra donde no existía el reloj median el tiempo por lunas o por noches completas. Realmente uno podía hacer SEXO por tres lunas seguidas o después de un día de cacería por media noche. Los problemas surgieron cuando se invento el reloj. En esta ocasión, a diferencia de en el mito primero con lo de los teléfonos móviles, la tecnología no ayuda para contrarrestar la falsa creencia. Aparecieron los minutos, los segundos, las horas. Hacer SEXO por dos lunas era impensable. Pero bueno, cuando aquí podemos medir al placer en cifras horarias, el placer es el placer y puede durar 1 segundo, 11 minutos, 72 minutos como 72 horas.
Tercer mito: Hacer ruido durante el SEXO hace perder la concentración. Si uno habla, se ríe, eructa, chilla el nombre de la otra persona (presente o ausente), se tira un pedo o respira durante el acto sexual se pierde la concentración. ¡Falso! Pues esto de tener SEXO no es una clase de yoga ni de meditación universal. ¡Cuando hemos necesitado de concentración para esto del SEXO! Al contrario se trata de una desconcentración total de todo. En esto del SEXO concentrarse es desconcentrarse. Además, si dejar de respirar es difícil, imagínense tratar de hacerlo mientras… ¡impensable! Que uno no quiera hacer mucho ruido para que el vecino no proteste o grabe el sonido y luego lo cuelgue en internet es una cosa pero no hacer ruido porque necesitamos concentrarnos es algo muy diferente. ¡El silencio es malo! ¡El SEXO necesita ruido! ¡Mucho ruido!
En esto del SEXO podríamos llenar páginas y páginas con mitos, cuentos y falsas creencias como por ejemplo, Mis padres jamás han hecho esto. A ver cómo es que existes si tus padres jamás han hecho SEXO o es que eres un ser extraterrestre. No existen los orgasmos. Para saber si algo existe debemos sentirlo, verlo, oírlo, tocarlo u olerlo. Es muy difícil eso de creer sin ver y mucho más difícil eso de creer sin sentir... No se debe tener SEXO después de comer. Tampoco debemos nadar, ni subirnos a una montaña rusa, ni correr una maratón, ni ir al trabajo… Es mejor gritar mientras se practica el SEXO a quedarse callado o callada. Bueno creo que todo va a depender de que tan sordo sea nuestro vecino y de la fuerza de nuestras cuerdas vocales o que tengamos metido en la boca al momento de querer gritar. Ese condón jamás se va a romper. En el mundo desechable de hoy, todo se va a romper algún día, más aún si es algo de látex delgado. Podemos decir que los condones son anti ecológicos porque no deben ser reciclados, aunque bueno de poder reutilizarlo, todo es posible porque en esto del SEXO todo se puede. ¡No hay reglas! Hago mejor el SEXO con la novia de mi mejor amigo que con la mía. Bueno caemos en el eterno dilema comparativo-envidioso de la casa de mi vecino es mejor que la mía y hasta somos egoístas en este sentido porque no nos gustaría compartir a nuestra novia con nuestro mejor amigo, ni nuestra casa con el vecino. El verdadero amor no necesita del SEXO. Quien dijo que el SEXO era amor pero el amor sin buen SEXO… y siguiendo esta línea de cuentos, mitos y leyendas sexuales, escuchamos de la relación del sexo con el estreñimiento y hasta de la relación del sexo con el envejecimiento. Tonterías… Tonterías y más tonterías. El SEXO es el SEXO y punto y seguido o punto y aparte… El punto que a uno más le guste…
En fin como uno no está libre de prejuicios, de nuestra idiosincrasia, de nuestras limitaciones, de nuestras creencias profundas y de nuestras íntimas preferencias considero que cada quien debe vivir el SEXO de la manera que lo haga más feliz. Reescribiendo la hermosa frase: “Vive y deja vivir.”, escribo, “Disfruta y deja disfrutar.”
Madrid 14 de Septiembre 2011
Alan M. Rogers Martijena
2 comentarios:
Genial!!! Mira ahora estoy muy preocupado por la publicación del cuento. Espero que no nos multen por cuestiones de censura... hahaha... o peor aun cierren tu Blog... hahaha... Bueno veamoslo del lado positvo, puede que Playboy o Penthouse nos contraten para escribir articulos en sus revistas... hahaha... gracias a Dios no hiciste mención de las 72 horas de research, practicas de campo, investigación... hahaha... El SEXO es el SEXO y punto... "Disfruta y deja disfrutar." Besos y abrazos querida amiga.
Ves Joha... Este cuento dejo a la gente sin habla y con hambre de SEXO... hahaha... Ya en España me han abierto un expediente sancionador y de censura... hahaha... Besos y abrazos querida amiga
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