” ¡Olvidar es valiente,
pues orgullosamente me siento cobarde
por no permitirle a mi corazón
olvidarte ni un solo instante!
¡Benditas sean las noches que me traen tus recuerdos,
cuando a veces en mi cuarto sin mirarte yo te veo y
ese viajero incansable que se llama pensamiento
me persigue a todas partes para cubrirme de besos y
recuerdos porque tu me enseñaste a quererte desde lejos
a quererte con el alma sin palabras y en secreto!”
Del muro de R.G.
Me encantaría saber quien fue el que dijo que el tiempo cura todas las heridas, pues tengo un cuento que contarle. El que lo dijo, nunca amo a nadie como yo te ame a ti, porque es como que el tiempo se detuvo en el ayer y yo solo aprendí a vivir con las heridas y levantarme, pero nunca se curaron del todo.
¡Mi corazón se negó a dejarte de querer!
Tu amor dejo demasiadas marcas en mi piel, mi corazón quedo indefenso con tus caricias y tus besos, con el sonido de tu voz.
Mi corazón no olvido tus ojos, tu mirada o el olor de tu piel.
¡Mi corazón se negó a dejarte de querer!
El tiempo que juntos compartimos fue demasiado hermoso, demasiado valioso, un regalo de Dios, que solo nosotros que lo vivimos lo podemos comprender.
Solo quien ha amado a alguien con toda el alma, con todo el corazón y sabe lo que se siente tener que alejarse de su amor y que aprendió que ni la distancia puede hacerte olvidar el más puro amor, tiene derecho a opinar.
Y aun así mi corazón se niega a olvidarte, sin importar cuanto trates de asustarme y te muestres cobarde y me mates con tu silencio.
Mi corazón se negó a dejarte de querer y eso no es secreto, aunque no lo quieras entender.
Son demasiados los recuerdos como los años transcurridos que podría llenar tantas páginas de cuadernos y aun así no ser suficiente para querer alejarme de ti.
¡Sí mi corazón es muy valiente y se rehúsa a perderte nuevamente y dejarte de querer!
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