Yo jamás te pedí tiempo, ni espacio. Yo quería detener
el tiempo cuando estaba a tu lado y que tus besos ocuparan todos los espacios,
en mi frente, en mi cuello, en mi boca, en mi pecho. Mi tiempo era todo para
ti, no había duda. Los días no me alcanzaban para decirte cuanto te quiero,
cuanto me gusta tu compañía. Mi tiempo lo use para acariciarte, para
escucharte, para consolarte, para oír tu risa, tus quejas y para conocer todos tus cuentos, tus chistes,
tus canciones y todo lo bueno y lo mano de tus días. Estar a tu
lado era todo lo que yo quería. No se me ocurre una mejor manera de pasar el tiempo
que no sea en tus brazos o con mis piernas alrededor de tu cintura.
Mi definición de tiempo no es la misma que la tuya. Si
miro el reloj cuando estoy contigo, no es porque quiera macharme, es para que
el tiempo pase más lento de tanto observarlo. Mi tiempo se hizo para perderme
en tu mirada, en tu sonrisa. Yo nací para amarte, para hacerte feliz, mi tiempo
a cualquier hora, en cualquier día y en cualquier lugar es todito para ti. Así
de egoísta es mi tiempo, que te quiere todo el tiempo a su lado. Cuando pienso
en el tiempo y los espacios, recuerdo cuanto te amo y todo lo que hice por amor
en ese tiempo corto y largo para llenar los espacios que me acercaran a ti. Difícil
mostrar con un reloj de pared o con uno de arena todo los segundos, minutos,
horas, días, semanas, meses y años que invertí en nuestro amor, para que creciera
fuerte, indestructible, para que sea lo que es hoy, un amor que no conoce límites.
Un amor dispuesto a perdonarlo todo y que no se rinde ante nada superando todos
los obstáculos.
Yo jamás te pedí tiempo ni espacio. No necesito
perderte para valorarte. Te quiero, te amo, te necesito y te recuerdo
cada vez que veo el sol o la luna. Te
pienso todo el tiempo, te veo hasta en las nubes del cielo y te siento en la
lluvia cuando cae. Te llevo en mi corazón sin importar a donde voy. Así haga frio
o calor eres parte de mí, estamos por siempre conectados. Tu amor llena todo
mis espacios, hasta aquellos en blanco y le da un propósito valioso a mis días haciendo
que cada segundo, cada minuto y cada hora que estamos juntos sea perfecto.
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