Estoy montada en este tren conduciendo a toda velocidad.
Como llegue aquí no sé, no veo una señal.
Te veo por la ventana del tren y te pregunto ¿no me quieres acompañar?
Tú me miras desde el andén y me dices que siempre ahí estarás,
observando desde afuera como voy a toda velocidad.
Como llegue a qui no sé, no veo una señal.
Miro a los pasajeros del tren y ellos me ignoran.
¿Por que vamos a toda velocidad?
¡Yo no me quiero estrellar!
¿Será que me podré bajar?
Miro por la ventana, ¿donde estas?
¿No me quieres acompañar?
Estoy paralizada en el asiento del tren,
la verdad no sé que hacer, ¿como lo puedo controlar?
Yo no me quiero bajar y quisiera a tu lado estar.
Tú me miras desde afuera y me dices que no me puedes acompañar,
¡pero que siempre ahí estarás!
Observando desde afuera como voy a toda velocidad.
Recuerdo que fue tu voz la que me atrajo a este tren y
me dio el valor para subir en el.
La promesa de un amor que nunca me haría sentir dolor.
Tus palabras que llegaron a mi alma y
me hicieron perder mi calma.
Yo no me quiero bajar y quisiera a tu lado estar.
Te veo por la ventana del tren y te pregunto ¿no me quieres acompañar?
Tú me miras desde el andén y me dices ¡que siempre ahí estarás!
Escucho nuestra canción para que me de más valor.
La promesa de un amor que nunca me haría sentir dolor.
¿Cuanto tiempo tengo que esperar para llegar a la estación?
Para escuchar tu explicación de por que todo paso como paso.
Escucharte hablar de sueños perdidos, de sueños no compartidos
y del desastre de vida que voltea todo de cabeza y nos vuelve a sonreír.
Tú me miras desde afuera y me dices que no me puedes acompañar,
¡pero que siempre ahí estarás!
Observando desde afuera como voy a toda velocidad.
1 comentario:
Esto me recuerda una frase que repite Mafalda: "Paren el mundo, que me quiero bajar!"
Por otro lado, dicen que lo importante de un viaje no es llegar al destino, sino disfrutar del viaje en sí. La pregunta es: se podrá disfrutar de un viaje mientras vas a toda velocidad?...
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