Le contaba
a un amigo que me habían hecho una propuesta indecente.
Hablando
con un hombre acera de hacer negocios juntos, luego de un tiempo conversando,
le pregunte que tenía en mente, y su respuesta fue: ¡Comerte como a una fruta!,
¿Qué no era esa tú pregunta?
Yo me lo
tome a broma y le conteste que ya me había desayunado, que no tenía antojos de
frutas y que mejor continuáramos hablando del negocio.
Mi amigo a
quien le conté lo sucedido me dijo: Eso pasa en este mundo todo el tiempo, se
llama “Throwing the bait”. Lo que sucedió es que te tiraron un anzuelo a ver
si tú lo mordías.
Ahora
entiendo, tiene sentido, como no mordí, el continuo hablando de negocios como
si nada.
Esta es una
de las razones por las cuales a mí me encanta tener amigos hombres, ellos ven
las cosas desde otra perspectiva, si yo le hubiese contado esta historia a una
amiga, ella tal vez me hubiese dicho: Ni se te ocurra hacer negocios con un
hombre así, ese lo único que quiere es llevarte a la cama, mejor aléjate. En cambio
mi amigo me dijo, haz el negocio con él hombre, ignora que quiere llevarte a la
cama, en el mundo en el que te mueves te va ha pasar que te tirarán varios
anzuelos y vas a tener que aprender a esquivarlos mientras nadas.
‹‹Business es business, pásate un
“suiche” y no pierdas de vista el negocio, si quieres tener éxito›› – me dijo mi amigo.
Una amiga
me dijo un día: Los hombres que tiran anzuelos en lo personal y que son muy
buenos en eso, no sólo lo hacen contigo, lo hacen con todas las demás, a ver
quienes muerden. ¿Quieres un pescador de esos en tu vida? Si no es el caso,
quédate en tierra firme.
¿Playa o
tierra firme?
Recuerdo un
hombre que directamente me dijo: “Yo no te voy a echar los perros”. Yo me
pregunte ¿por qué querría echarme los perros? A mí no me hace falta que me
echen los perros. ¡Yo soy una sirena! además ya nos conocemos. Yo creí que lo
conocía, que sabia quien era él, sin embargo él actuaba como si fuera un
extraño en mi vida, me tenia muy desconcertada, no entendía su forma de
expresarse, ni su doble sentido. Ahora entiendo que lo que él hacia era
tirar anzuelos, a ver si yo mordía. El problema era que él tiraba anzuelos en
donde había un tiburón. Un día me dijo: no me gusta el tiburón en tú
playa, me intimida, le tengo miedo.Yo estaba que no me aguantaba de la risa y quería decirle: ¡Deja de tirar anzuelos si le tienes miedo al tiburón!, pero lo peor que puede hacer un hombre es mostrarle su inseguridad a una mujer, a las mujeres nos encantan los hombres seguros de si mismos, que saben lo que quieren y no se rinden fácilmente. La mujeres a veces necesitamos de un tiburón para mantener alejado a los pescadores que se la pasan tirando anzuelos. A mí me funciona muy bien.
Yo soy como
una sirena en la playa, estoy en mi elemento. De vez en cuando se me acerca un
pescador con su caña de pescar y me tira un anzuelo. Yo le sonrió mientras
pienso: ¿Se asustara del tiburón y saldrá corriendo?, o ¿estará aquí para
quedarse?
Este cuento
es para ti, mi querido tiburón, gracias por nadar conmigo.
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2 comentarios:
Empiezo el comentario preguntando por el número de telefono de la modelo en la foto... hahaha... Solo hablaste de tirar anzuelos, nada de mencionar la pesca de arrastre con redes... hahaha... La vida es un juego de propuestas, ofertas y negaciones. Sobre todo en los negocios y en las relaciones humanas constantemente uno esta lanzando el anzuelo o a uno le estan lanzando el anzuelo; el morder o no depende de lo que queramos... Hahaha... O de lo apetecible que este la carnada... hahaha... "Business is business" Todo lo demás es deporte y hobbies... hahaha... Besos y abarzos querida amiga. Mucho éxito!!! Todo lo mejor :)
Muchas gracias Alan, por seguir mis Historias del Corazón!!
Besos y abrazos por Madrid!!
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