miércoles, 4 de enero de 2012

UNAS SON DE AMOR Y OTRAS DE ODIO

Alan desde Madrid escribió un cuento nuevo para mi blog.

Él al igual que yo le gusta escribir y me pidió, me puso como condición para publicar este cuento que escribiera una introducción. Como negarme sí él nunca me ha negado nada a mí.

Alan escogió ser feliz un día y llenar su corazón de amor y dar mucho pidiendo poco a cambio, sin saberlo a través de sus cuentos y reflexiones de vida que escribe a diario en su Facebook, BlackBerry o enviando mensajes al Hotmail, hace felices a muchos a su alrededor y me incluyo en esta lista.

Alan es un hombre haciendo realidad sus sueños, un hombre que sabe bien lo que quiere y todos los días se levanta con ese propósito en mente. Es un empresario, un escritor, un hombre de quien estoy muy orgullosa de llamar mí amigo. Él amigo de tiempos de escuela, de salidas, de diversiones y discotecas, de un cariño mutuo que creció con los años y con el que tengo un baúl lleno de fotos y  hermosos recuerdos. Como amigo y escritor me motiva a creer en mí, a ser fuerte, a mejorar como persona cada día, me ayuda a reflexionar, puedo ser yo misma, me inspira.

Hoy me regalo un cuento para compartirlo con ustedes. Él les llama “vitaminas para el alma”

¡Es un escrito hermoso, valiente, esta lleno de sentimiento, profundo para reflexionar y crecer como persona!

Que lo disfruten. Se titula:

“Unas son de Amor y otras de Odio”

Por Alan M. Rogers Martijena


UNAS SON DE AMOR Y OTRAS DE ODIO

En esta vida llena de curiosidades, similitudes y contradicciones unas son de sal, otras de cal y algunas son de arena.
Unas son de amor y otras de odio…
Hay seres que nos aman hasta morir y otras personas que nos llegan a odiar hasta la muerte.
Hay amores que matan y odios que no mueren con el pasar de los años.
Hay amores dispuestos a matar y odios que nos matan todos los días.
Hay amores que se transforman en odios y odios que jamás llegan a ser amores.
Hay amores que nos ciegan a la realidad mientas que hay odios que nos ciegan a la vida.
Hay amores que no se olvidan jamás y odios que nos hacen olvidar todo lo que significa el amor.
Un amor puede durar toda la vida y un odio hacernos perder la vida en un instante.
El verdadero amor es una roca perdurable a los embates del tiempo y de las circunstancias; el odio es erosión, es arena.
Otras son de odio y unas de amor…
Sin pensarlo dos veces nos aventuramos a entrar al mismísimo infierno por odio, en cambio estamos dispuestos a dejar al cielo esperando por un amor.
Tanto por un profundo odio como por un verdadero amor estamos dispuestos a sacrificarlo todo en nuestra vida.
Dejar atrás un odio nos puede llenar de dicha, en cambio el adiós de un amor nos puede dejar desolados.
El odio es sufrimiento, el amor solamente nos puede hacer sufrir por un momento.
El odio es tristeza perpetua mientras que el amor puede ser alegría eterna.
La alegría en el odio tiene un sabor amargo, en cambio la alegría en el amor es dulce.
El odio nos hace envejecer, mientras que un verdadero amor jamás envejece.
El odio es la cal que quema la vida, el amor es la llama que da forma a la vida.
Algunas son de amor y otras de odio…
Por amor hacemos locuras, en cambio es una locura odiar.
Nuestras acciones guiadas por el amor nutren a nuestro corazón y alma; mientras que envenenamos todo nuestro ser al odiar.
La felicidad de un amor nos hace desear vivir eternamente; un odio nos mantienen vivos mientras nos mata de hambre a diario.
Nos podemos pasar toda una vida lamentando un amor que no nació; en cambio podemos arrepentirnos el resto de nuestros días por el nacimiento de un odio.
Un amor nos puede hacer llorar algunas veces; el odio nos hace llorar lágrimas de sangre toda una vida.
El amor nos hace olvidar todos nuestros males; el odio es el inicio de un gran mal en nuestra vida.
El amor es una mirada esperanzadora al futuro; el odio es simplemente encadenarse a un pasado que nos impide avanzar.
El amor es la sal que sazona nuestra existencia otorgándole un sabor especial; el odio simplemente sala la vida.
Algunas son de odio y otras son de amor…
Dicen que el odio es una prisión y que el verdadero amor es libertad.
Tanto para odiar como para amar no hay edad.
Estamos dispuestos a hacer cualquier cosa por odio al igual que por amor.
Estamos dispuestos a dar nuestra vida tanto por odio como por amor.
Tanto al profundo odio como al verdadero amor no se le pueden ocultar.
Tanto el odio como el amor son universales.
El odio son pesadillas, el amor son sueños.
El odio es la cal en el mural de la infelicidad; el amor es la arena con la que se construyen hermosos castillos de felicidad.
Unas son de amor y otras de odio…
Un amor es un viaje hacia la felicidad, el odio es la caída a un abismo de infelicidad sin final.
Nos podemos enamorar en un segundo y empezar a odiar con el pasar de los años.
El amor puede nacer de la acción más inocente; en muchas ocasiones los planes más elaborados desembocan en odios implacables.
El amor es entrega, el odio es egoísmo.
Un verdadero amor no puede traicionar, el odio traiciona hasta a la misma persona que lo siente.
Por amor perdemos el sueño, el odio nos impide descansar tranquilamente aunque estemos dormidos.
El amor es una mirada al infinito, el odio es una mirada a la nada, al vacio.
El amor es la sal que conserva la vida; el odio es la cal que ayuda a descomponer al ser.
Unas son de Amor, algunas de sal y otras de arena… Algunas de cal y otras de odio…
El amor es una estrella brillante, el odio es un triste hueco negro.
El amor es luz, el odio es oscuridad.
El amor da amor, el odio da amargura.
El amor es creación, el odio es destrucción.
Amar es un acierto. Odiar es un error.
El amor no es exigente, el odio te exige la vida.
El amor lo es todo. El odio es la nada.
Todo debe ser de amor, nada debe ser de odio…
Sal, arena y cal… Odio y amor…

Alan M. Rogers Martijena
Madrid, 3 de Enero 2012

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