El
viernes nos reunimos las chicas, en Chilli’s un sitio Mexicano de Erlangen, la
comida ahí es buena, y los cocteles deliciosos.
Éramos siete chicas en una mesa tomando bebidas en copas grandes y
riéndonos fuerte. Cuarto argentinas, una peruana y dos venezolanas.
Al día siguiente me
desperté pensando, che tengo que escribir el cuento de la salida de las chicas.
¡Si mis pensamientos amanecieron con acento argentino! Que risa como se
pegan los acentos de las amigas.
El
miércoles recibí un mensaje de mi amiga argentina que había llegado bien a casa
acá en Alemania luego de pasarse unas largas vacaciones en Argentina y quería vernos a todas las amigas
de ser posible el viernes por la noche.
Enseguida
yo le respondí que contara conmigo, yo fui la primera de siete en responder.
Recuerdo
que hace tan sólo una semana atrás me llama otra amiga por teléfono, una
peruana muy querida que vive en el mismo pueblo donde yo vivo, diciendo con
tono muy alegre:
– Mujer,
que bueno que te encuentro en casa, que felicidad, quería preguntarte si querías
salir. Yo sé que tú nunca sales mujer, (agrego riendo) pero es que hace mucho
que no nos reunimos (como dos semanas) y tengo muchas ganas de tomarme un
vinito contigo y con unas peruanas amigas que también conoces, y le voy a decir
a nuestra amiga colombiana vecina para que nos acompañe – dice riendo.
Yo no puedo
contener la risa y le digo a mi amiga:
– Si ya sé
que tengo fama de rumbera y de que no paro una noche en mi casa. Lo que pasa es
que estoy hoy en casa porque no hay zumba y estoy cenando justo ahorita con los
chicos, en otras palabras para ir a cenar con ustedes no me apunto, pero si
quieres nos podemos ver para tomarnos unos cocteles más tardecito – le respondo.
– No mujer,
si es que no te estoy llamando para que salgamos hoy, te llamo para que le
preguntes a tú marido si se puede quedar con los chicos el jueves por la noche
para que salgamos las chicas a cenar y tomar algo. Yo no soy de invitar y
organizar algo para el mismo día, me gusta hacerlo con tiempo, yo no soy tan
espontanea – me dice mi amiga
–Entiendo,
tú no eres Venezolana, pata caliente y tan salida como yo – le digo
riendo, pensando que ese comentario sólo
puede aumentar la mala fama que ya tengo.
Mi amiga
esta que revienta de la risa por el
teléfono y me dice:
–Mujer pregúntale
a tú marido ya mismo para que me des respuesta y poder seguir llamando y animando a las chicas a salir el jueves.
Mi esposo
que está sentado frente a mí en la mesa cenando la deliciosa comida que yo le
prepare y escuchando la conversación a medias que tengo con la peruana, ya sabía
lo que venía.
–Mi amor es
mi amiga peruana, ¿que si me das permiso para salir el jueves? – le pregunto
riendo a mi esposo.
–Dile que
si – me responde mi marido con cara de resignación, que dice más que mil
palabras.
–Dijo que
si – le respondo a la peruana
– ¡Que
maravilla, dile que es un encanto, que muchas gracias! – grita mi amiga por
teléfono casi dejándome sorda.
– ¿Y
adonde vamos el jueves? – le pregunto a mi amiga
– Pues no sé
donde tú nos sugieras, tú conoces todos los mejores restaurantes, dime alguno
que recomiendes para hacer la reservación que vamos a ser como cinco o seis
chicas.
Yo y mi fama de comer siempre en la calle – pienso pero no digo nada, ¿que te provoca? para
ir pensando – le pregunto
– Asiático,
Chino – me responde
– Hay unos
excelentes en Erlangen le digo recordando el Wang Fu Sterne, el Mekong o el ZEN
(cuatro estrellas), pero en Herzogenaurach sólo conozco dos, uno que es muy
sencillo de ambiente y el otro no lo recomiendo. Si nos queremos quedar cerca
de casa se me ocurre uno bueno pero es mexicano, el Chilli’s, te van a encantar
los cocteles que sirven deliciosos. Listo ya los llamo para hacer reservaciones
para seis. Me dice mi amiga.
– Buenas
noches le digo
– Buenas
noches y hasta el jueves mujer, luego cuadramos a ver quien pasa por quien.
– Yo puedo
manejar le digo. La última vez fue nuestra amiga colombiana que vino por mí. Feliz
noche, bendiciones a la niñas.
– Igual
para ustedes en casa – me responde mi amiga peruana
– El jueves
pasó por mi amiga colombiana quien insistió en buscarme para que yo pudiese
tomar unas piñas coladas. Y la pasamos
divino contando cuentos y riendo en Chillli’s hasta que apagaron la luces y practicante
cerramos el sitio a la media noche.
Una semana
más tarde recibí el mensaje de mi amiga argentina para ir a cenar al Chilli’s
de Erlangen con las otras siete amiga. El lugar es bueno y tiene muy buen
ambiente, pronto voy a salir hablando con acento mexicano, deberían pagarme por
hacerle tanta propaganda y llevar tantos clientes ahí. Así fue como anoche fui
a encontrarme con otro grupo de amigas a Erlangen, yo pase por mi amiga
Venezolana en el auto y luego llegamos puntuales al Chilli’s de Erlangen.
Antes de
salir de casa le pregunto a mi esposo que mide un metro ochenta parándome
enfrente de él con tacones de diez centímetros:
– ¿Cómo me
veo?
– Te ves
bellísima, nunca te había visto esos pantalones – me dice mi esposo
Mis
pantalones son de tela de jean suave de un azul muy claro con encajes bordados
y cristales Swarovski que cubren todo el
largo de los laterales hasta llegar al ruedo, son pantalones más de tipo fiesta,
para salir en la noche, muy llamativos y como son largos tengo que usar tacones
altos para que el ruedo no arrastre por el piso.
Tengo puesto
un top manga larga de encajes de color negro comprado en Alemania, unos sarcillos largos de perla y cristales de
Swarovski que compre en Praga, una chaqueta de cuero verde olivo de la que me
enamore en Isla Margarita, es corta sin adornos para resaltar los jeans
comprados en USA. Estoy perfectamente maquillada y mi cabello oscuro esta lacio
y muy largo, me llega hasta la espalda. Me siento como modelo de revista internacional.
–Gracias –
le digo
– ¡Estas preciosa!, ¿cuando salimos tú y yo? –
me pregunta mi esposo sin quitarme la vista de encima
– ¡Cuando
me pidas una cita! – le respondo sonriendo. Regreso a la media noche como la
Cenicienta, tengo mi White Berry por si necesitas comunicarte conmigo. Si estas
despierto cuando vuelva te muestro la ropa interior con estampado de tigre de
Victoria’s Secret que llevo puesta, es un todo un espectáculo – le digo con
tono pícaro mientras me despido.
– ¡Te
espero!, no demores, que te diviertas mucho con las amigas. – me responde
dándome un beso
Me despido
de mis chicos con besos, abrazos y salgo
por la puerta feliz, con muchas ganas de divertirme, la noche apenas comienza y
afuera todavía parece de día.
Continúa
con noche de chicas parte 2
7 comentarios:
Esposo muy compresivo y complaciente. De esos ...estan en proceso de extinción; ámalo y cuidalo mucho.Hay un refrán que dice: "de lo bueno, poco." mientras, sigue disfrutando con tus amigas pero con moderación. Y besos a tus niños.
Gracias Anónimo por tú comentario,
Todos los día del doy gracias a Dios de tener un esposo tan complaciente, generoso y comprensivo. Soy muy afortuna de tenerlo en mi vida y en eso pienso cada vez que él se ausenta por viajes de negocios durante días o semanas y yo me quedo sola en casa con los chicos. (En estos momentos él esta en Frankfurt). Me encanta el dicho “de lo bueno, poco”, yo solía decirlo mucho y se me ocurre un cuento, gracias por la inspiración.
JP
Estaré pendiente de la parte 2, el regreso =)
me deje llevar por tus letras un rato..
Gracias Anónimo por los comentarios.
Muy pronto la segunda parte!!
Saludos,
JP
Hola Myself,
Yo estoy disfrutando mucho las historias en tu blog!!!
Saludos,
JP
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